La Resiliencia es la capacidad de adaptarnos a
situaciones difíciles, extraer conocimientos valiosos de ellas y superarlas.
La vida, el trabajo, las relaciones están llenas de
situaciones buenas y malas, nos vamos raspando en el camino y a los demás, la realidad
es que no somos los mismos que éramos hace 10 años, un año, unos meses y no
vamos a volver a serlo. La Resiliencia nos puede ayudar a aprender de todas
estas situaciones que vamos viviendo, a afrontar la vida, a salir airosos del
rechazo, la perdida, la humillación, el despido o cualquier situación negativa,
que, sin duda, todos hemos tenido que vivir.
A veces nos sentimos desafortunados y de pronto
escuchamos historias de personas extraordinarias que se levantan ante
situaciones muy complicadas y dolorosas, no solo superando la adversidad sino
desarrollando esperanza, adaptabilidad, templanza y una autoestima
saludable. Y nos preguntamos ¿cómo lo logran?... Son personas que han
desarrollado adecuadamente La Resiliencia.
Estas son personas competentes emocionalmente,
tienen autonomía para decidir que es bueno y malo para ellas, una alta
autoestima y definido perfectamente lo que quieren. Ya saben lo que es
transitar por el dolor, pasar por un evento complejo o traumático donde se
requiere ser fuerte para sobrevivir. Ya se saben el camino de regreso, saben
fluir y no le tienen miedo al futuro.
Es muy importante que sepas que todos tenemos la
capacidad suficiente para hacerle frente a las adversidades, sobreponernos.
Todos podemos desarrollar la Resiliencia.
Ser Resiliente no significa ser inmune al dolor, a
las angustias, preocupaciones, al contrario. El dolor debemos de asumirlo,
comprenderlo y dejarlo fluir. Tenemos que ser realistas con lo que ocurre, pero
siempre con una visión positiva acerca de nosotros y confiando en nuestras
capacidades. El cambio es una parte permanente de nuestras vidas, nos hace
aprender, salirnos de la zona de confort y ser más fuertes.
Las personas Resilientes confían en sí mismos,
tienden a comprender sus logros como la consecuencia en gran medida de su
habilidad y dedicación. No tienen problema en pedir ayuda, y aceptan esa
participación para poder alcanzar sus objetivos.
Este reconocimiento es clave para acostumbrarnos a
pensar de manera Resiliente. Así, admitimos nuestra intervención real para
lograr éxito en lo que nos proponemos, ganamos confianza y vemos más cercana
la posibilidad de alcanzar futuros objetivos. En consecuencia, estaremos
mejor preparados para manejar y capitalizar nuestros errores y fracasos, sobre
todo convencidos de que somos capaces de superarlos y avanzar.
No podemos evitar que nos sucedan contratiempos,
situaciones complicadas o dolorosas, pero tenemos la capacidad de elegir como
lo afrontamos, de nosotros depende si nos resistimos al cambio o si
capitalizamos los momentos difíciles.
Tu actitud es la mitad de tu destino.
¡Gracias, Saludos y Bendiciones!
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